España camisa blanca de mi esperanza, reseca historia que nos abrasa con acercarse solo a mirarla. Paloma buscando cielos más estrellados, donde entendernos sin destrozarnos, donde sentarnos y conversar.
España camisa blanca de mi esperanza, la negra pena nos atenaza, la pena deja plomo en las alas. Quisiera poner el hombro y pongo palabras, que casi siempre acaban en nada cuando se enfrentan al ancho mar.
España, camisa blanca de mi esperanza, a veces madre, siempre madrastra, navaja, barro, clavel, espada. La muerte siempre presente nos acompaña, en nuestras cosas más cotidianas y al fin nos hace a todos igual.
España, camisa blanca de mi esperanza, de fuera o dentro, dulce o amarga, de olor a incienso, de cal y caña. Quién puso el desasosiego en nuestras entrañas, nos hizo libres, pero sin alas, nos dejó el hambre y se llevó el pan.
España, camisa blanca de mi esperanza, aquí me tienes nadie, me manda, quererte tanto, me cuesta nada. Nos haces siempre a tu imagen y semejanza, lo bueno y malo que hay en tu estampa, de peregrina a ningún lugar.
Ana Belén.