MEMORIAS DE LA RADIO
Cuando mi madre cose siempre pone la radio, dice que le traen recuerdos de cuando ella era pequeña, donde la única distracción que tenían los pobres era poder escuchar los programas que se emitían por la radio.
Eran otros tiempos, donde la mayoría de los españolitos veían pasar la vida en blanco y negro, que era como se veía entonces la tele, eso el que se lo podía permitir, que eran pocos, los demás se tenían que ir al bar, para poder ver el futbol o los toros.
Mi madre se pasaba el día escuchando la radio porque emitían muchos programas de todo tipo y concursos musicales donde las personas que querían ser cantantes se daban a conocer.
Algunos triunfaron y otros no, como suele pasar siempre, el que ganaba normalmente, las discográficas de entonces les grababan un disco y se ocupaban de sus carreras musicales, una cosa parecida a operación triunfo de la época.
También había concursos de preguntas y respuestas, radionovelas que tenían enganchado al personal por mucho tiempo porque eran muy largas y dramáticas, donde a los personajes les pasaba de todo.
Una emisora en particular: Radio Nacional de España, donde las personas solían llamar o escribir para felicitar en cumpleaños o santo, normalmente, con una canción dedicada para algún familiar que estaba en el extranjero o haciendo el servicio militar.
El programa que más tenía enganchadas a las españolas era el Consultorio de Elena Francis, en el que mujeres, la mayoría de las veces, escribían para pedirle consejos de todo tipo, de belleza, moda y principalmente sentimentales, que ella se encargaba luego de responder por las ondas.
Como muestra un botón
Apreciada Elena Francis, le escribo para pedirle consejo porque estoy muy angustiada,
me llamo Juanita, soy ama de casa con cinco niños a mi cargo, resulta que mi marido se ha marchado de casa y vive con una señorita más joven que él, cuando viene por casa para ver a los niños yo le echo la bronca como es natural.
Pues se enfada y me maltrata como si la culpa de lo que pasa fuese mía, estoy desesperada y no sé qué puedo hacer para mejorar la situación, así que espero su respuesta muy agradecida.
Aquí va la contestación de la locutora:
Querida Juanita, mi respuesta a tu carta es esta: yo creo que deberías perdonar como buena cristiana a tu marido, que seguramente esté muy arrepentido de lo que ha hecho y quiere volver a casa con sus hijos, así que mucha paciencia y resignación, seguro que las cosas cambiarán pronto.
Se rumoreaba que las respuestas las escribía una monja, o alguien de la censura,
no me extraña, con esos consejitos que daban tan “inteligentes”, como para seguirlos al pie de la letra, (solo le faltaba decir pobrecito él y de paso que le hicieran un monumento) vamos que el asunto tendría guasa si no fuera porque es como para llorar de indignación.
Aunque parezca mentira, el programa estuvo en antena hasta los años 80.
Madre mía, por favor lo que tenían que soportar algunas mujeres, así que calladita o si no te daban jarabe de palo, más o menos como ahora, que encima las matan y se suponía que con la democracia las cosas mejorarían, pues parece que vamos cada día a peor.
Dice mi madre que eso lo arreglaba ella en un pispás,
dándole a ese sinvergüenza y a todos los de su calaña, un café con aceite de ricino para que no pudiera salir del cuarto de baño en una semana, (por lo menos), ya verías tú lo manso que se volvía entonces, no le iban a quedar ganas ni de pegar un sello.
Merche
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