¡QUÉ MÁS NOS PUEDE
PASAR!
Hace ya tiempo que no contaba cosas
de mi pueblo, más que nada para no aburrir demasiado al personal.
Pero cómo siempre nos pasan cosas, no
sé si es qué somos especiales o simplemente raritos.
Para empezar, Don Anselmo nuestro párroco
se nos ha jubilado, no sabía yo que a los curas también les llegaba la hora de
descansar como a todos los mortales, pues parece que sí.
El pobre estaba ya muy mayor y por
eso lo mandaron a una residencia para curas, que también las hay.
Cómo iba diciendo, ahora tenemos un
nuevo cura en mi pueblo, recién salidito del seminario y nuestro pueblo es su primera
parroquia que le han asignado.
Se llama Pelayo, tiene 30 años y es
asturiano, de una aldea perdida en las montañas, así que se siente como en
casa, un poco lejos de su tierra, pero ya se irá acostumbrando con el paso del
tiempo.
Al llegar reunió a todos los
parroquianos en la iglesia para presentarse, después nos dijo que estuviésemos
todos tranquilos, porque no pensaba cambiar nuestras tradiciones y quería que
se las enseñáramos.
Pues del dicho al hecho va un trecho,
porque ni corto ni perezoso, parece que a cambiando de opinión.
En cuatro días lo está poniendo todo patas
arriba, ha cambiado a todos los santos que había en la iglesia de su sitio porque
quiere modernizar la parroquia, como en la película (se armó el Belén de Paco Martínez
Soria).
A nuestro Patrón San Benito también le han
llegado los cambios oportunos.
Veamos: detrás de la iglesia había una ventana
que siempre ha estado cerrada a cal y canto porque daba al camerino donde está
nuestro patrón, resguardado de ladrones y maleantes.
Pues bien, ahora le han puesto un cristal a
dicha ventana y la han abierto para que todo el que pase por la calle pueda ver
al santo.
Claro está que no han pensado que en
vez de que el santo esté mirando el interior de la iglesia como debería ser, lo haga
hacia la ventana, además le han puesto unas ruedecillas al pedestal donde está
subido para darle la vuelta a la hora de misa.
Total, que se pasan todo el día dándole
vueltas como si estuviera en un tiovivo, además que los que entran a visitar el
templo ven al santo de espaldas, como si estuviera castigado de cara a la
pared.
Yo creo que sean pasado un poco, porque da la impresión
de que nuestro Patrón parece un maniquí, de esos que están en un escaparate de El Corte Inglés.
Ya ven lo que pasa en este pueblo es
un caso aparte, lo dicho un poco raritos sí que son algunos por aquí.
Merche.