miércoles, 24 de abril de 2024

RELATO

 

¡QUÉ MÁS NOS PUEDE PASAR!              

 

Hace ya tiempo que no contaba cosas de mi pueblo, más que nada para no aburrir demasiado al personal.

Pero cómo siempre nos pasan cosas, no sé si es qué somos especiales o simplemente raritos.

Para empezar, Don Anselmo nuestro párroco se nos ha jubilado, no sabía yo que a los curas también les llegaba la hora de descansar como a todos los mortales, pues parece que sí.

El pobre estaba ya muy mayor y por eso lo mandaron a una residencia para curas, que también las hay.

Cómo iba diciendo, ahora tenemos un nuevo cura en mi pueblo, recién salidito del seminario y nuestro pueblo es su primera parroquia que le han asignado.

Se llama Pelayo, tiene 30 años y es asturiano, de una aldea perdida en las montañas, así que se siente como en casa, un poco lejos de su tierra, pero ya se irá acostumbrando con el paso del tiempo.

Al llegar reunió a todos los parroquianos en la iglesia para presentarse, después nos dijo que estuviésemos todos tranquilos, porque no pensaba cambiar nuestras tradiciones y quería que se las enseñáramos.

Pues del dicho al hecho va un trecho, porque ni corto ni perezoso, parece que a cambiando de opinión.

 En cuatro días lo está poniendo todo patas arriba, ha cambiado a todos los santos que había en la iglesia de su sitio porque quiere modernizar la parroquia, como en la película (se armó el Belén de Paco Martínez Soria).

 A nuestro Patrón San Benito también le han llegado los cambios oportunos.

 Veamos: detrás de la iglesia había una ventana que siempre ha estado cerrada a cal y canto porque daba al camerino donde está nuestro patrón, resguardado de ladrones y maleantes.

 Pues bien, ahora le han puesto un cristal a dicha ventana y la han abierto para que todo el que pase por la calle pueda ver al santo.

Claro está que no han pensado que en vez de que el santo esté mirando el interior de la iglesia como debería ser, lo haga hacia la ventana, además le han puesto unas ruedecillas al pedestal donde está subido para darle la vuelta a la hora de misa.

Total, que se pasan todo el día dándole vueltas como si estuviera en un tiovivo, además que los que entran a visitar el templo ven al santo de espaldas, como si estuviera castigado de cara a la pared.

 Yo creo que sean pasado un poco, porque da la impresión de que nuestro Patrón parece un maniquí, de esos que están en un escaparate de El Corte Inglés.

Ya ven lo que pasa en este pueblo es un caso aparte, lo dicho un poco raritos sí que son algunos por aquí.

Merche.




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