OTROS TIEMPOS 👧
Yo
he sido una niña que creció en los tiempos de la EGB, recuerdo con cariño aquel
primer colegio al que fui y en el que pasé mis primeros años.
Eran
colegios en los que teníamos pupitres de esos que se abrían y metíamos dentro de ellos
los libros, estuches de madera en los que llevábamos un poco de todo,
lapiceros, colores, sacapuntas, gomas de borrar, libretas en las que se
escribía encima de otras letras para corregir la caligrafía.
En
las clases no podía faltar; un mapa de España grande, una gran pizarra que
abarcaba casi toda la pared detrás de la mesa de la profesora y encima de ella
había dos fotografías enmarcadas, una de Franco, otra de José Antonio, y en
medio de ellas un crucifijo.
Unos
años después me cambiaron de cole porque nos fuimos a vivir a otro barrio.
Mi
nuevo colegio estaba justo enfrente de mi casa, así que no tenía que madrugar
demasiado, era de monjas y solo para niñas.
Las clases nos las impartían profesoras, no teníamos
que llevar uniforme y era bastante moderno para la época, finales de los 60 y principios
de los años 70, fueron unos años inolvidables en los que España ganó Eurovisión
y el hombre pisó la luna.
Teníamos
horarios de mañana y tarde, los sábados también, aunque solo medio día.
Todas las tardes teníamos una hora de lectura obligatoria, después hacíamos un resumen por escrito, sobre el tema del que trataba del libro y desde entonces, siempre que puedo, suelo leer muy a menudo.
En
esa época me cautivaron los libros de aventura, como los de Julio Verne, el club
de los cinco y los de Emilio Salgari, gracias a ellos viajé con la imaginación
por países y lugares distintos, todavía siento que me atrapa una buena
lectura.
Creo
que los niños de hoy en día se están perdiendo esa magia que aportan los libros,
con tanto internet ni se molestan en leer, aunque siempre hay algunos como los
de Harry Potter que son fantásticos y despiertan su interés.
Ojalá
que no se pierda nunca la sabiduría que encierran los libros, porque nos ayudan
a madurar como personas, ser más comprensivos con lo que nos rodea y nos abren
la mente a lo desconocido.
Cómo
solía decir Hércules Poirot: Hay que usar las pequeñas células grises, ya se
sabe que el mejor ordenador es nuestro cerebro, que es gratis, además siempre
está en línea y operativo.
Merche.